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domingo, 16 de mayo de 2010

La crisis bancaria los enriquece

LOS AUTORES DEL MAL SALEN BENEFICIADOS
En la crisis bancaria de 1929, más conocida como el crack de Wall Street, en Estados Unidos, algunos jerarcas bancarios se suicidaron porque se sintieron arruinados en pocos días, pero en la actual, la que estalló en el 2007, la torta se invirtió y ahora los que se quitan la vida son cientos de víctimas de esos vampiros financieros, los cuales han provocado la bancarrota y siguen enriqueciéndose a niveles siderales, con total impunidad y a ojos vistas del mundo entero.

Sólo en Estados Unidos, los gerentes y directores generales de los principales bancos que se declararon en quiebra, se forraron con una suma total de indemnizaciones de más de tres mil millones de dólares, en lo que constituye una magnífica escuela para formar ladrones, o lo que es algo parecido, una fábrica de delincuentes de alto vuelo.

En España está ocurriendo algo parecido con los máximos capos de la mafia bancaria, que no son los dueños, pero que se están embolsando sumas faraónicas en premio al mérito de haber quebrado la empresa para la cual trabajaban y por lo cual percibían los más altos salarios. Es decir que esa experiencia enseñaría que hay que hacer mal las cosas para ser premiados.

Los premios que vienen corriendo no son poca cosa, porque en algunos casos suman algunos miles de millones el monto por concepto de despido.

Hay expertos de diversos orígenes, profesiones y nacionalidades, que coinciden en que si se suma todo el capital derrochado en premiar a los jerarcas bancarios en las grandes potencias del sistema capitalista, y ese dinero se dividiera entre cada uno de los cerca de siete mil millones de seres que habitamos el planeta, todos seríamos millonarios, dado que la cifra anda por los ocho mil millones de dólares, esa moneda papel impreso sin ningún respaldo oro desde hace cuarenta años.

Entonces, la pregunta es qué clase de crisis bancaria es ésta, en la que los directivos de las entidades declaradas en quiebra cobran millones por año y mucho más cuando se jubilan, como viene ocurriendo con muchos que, después de haber manipulado su gestión, han decidido jubilarse, con estipendios multimillonarios. Algo raro está pasando en nuestro querido universo.

Mientras tanto, los gobiernos que protegen a esos gángsteres (Roosevelt los llamaba bancgansters), siguen reduciendo la seguridad social, las jubilaciones, arrinconan a los trabajadores disminuyendo sus salarios y sus conquistas laborales y aumentando el horario de los empleos, decretando una tras otras, medidas absolutamente coercitivas del bienestar de la población.

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