Los migrantes compatriotas tendrán acceso a una vivienda propia en su país, de acuerdo con una decisión gubernamental, que beneficiará a los connacionales repatriados y a los residentes en el exterior con deseos de retornar, según informó este jueves la Cancillería Nacional.
La medida ha sido posible tras la conclusión de un acuerdo entre el Ministerio de Relaciones Exteriores, la Secretaría de Desarrollo para Repatriados y Refugiados Connacionales y el Consejo Nacional de la Vivienda (CONAVI).
Muy oportuna la decisión del Gobierno, en momentos que arrecia en todos los países del norte, una campaña desalmada contra la inmigración de los países latinoamericanos, africanos y asiáticos, utilizados por décadas como mano de obra barata, pero ahora rechazados porque la crisis estructural de esos países está generando mucho desempleo entre sus propios ciudadanos.
En Arizona se ha llegado al colmo, con la sanción de una Ley Antiinmigratoria, bajo el pretexto del peligro terrorista, que finalmente está resultando el caballo de batalla para cometer cualquier tipo de agresión a los trabajadores extranjeros en muchos países, pese a que la población de muchos de ellos se ha formado con emigrantes, como es el caso del propio Estados Unidos o que han tenido millones de migrantes, tal el caso de España, Italia y Alemania, a fines del siglo XIX y toda la mitad del XX.
Los 24 actos terroristas registrados en Estados Unidos, entre el 2002 y el 2005, fueron cometidos por personas nacidas en el país y no por trabajadores extranjeros.
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